Divertirse conduciendo
Con 200 CV y propulsión trasera el coupé BRZ de Subaru, ya está a la venta en Japón y Estados Unidos, lo que motiva que el mercado europeo tenga que esperar hasta noviembre para poderlo disfrutar desde un precio de 29.900 euros.
Hace un tiempo Subaru y Toyota decidieron colaborar y aportar su tecnología para realizar un modelo deportivo que después cada una comercializaría con sus señas de identidad. En el caso del Subaru es el BRZ y en el de Toyota el GT-86, siendo Subaru la que se encarga de fabricarlo en Japón.
Lo primero que sorprende es la discreción de líneas que muestra el BRZ ya que siendo un deportivo, otros hubieran buscado una imagen más rompedora pero en Subaru han optado por una línea más discreta, lo que no quiere decir que pase desapercibida, ni mucho menos. La carrocería, de 4,24 metros de longitud y con una distancia entre ejes de 2,57 metros, destaca por el frontal con un morro largo, y una generosa toma de aire así como unos grupos ópticos de atractivo diseño en tanto que sobre los antiniebla se han colocado unas luces de díodos.
Los pasos de rueda abombados y una línea de cintura le confieren un aspecto musculoso que se reafirma con la trasera en la que destaca tanto el alerón ubicado sobre el capó, como los dos tubos de escape a ambos lados y unos pilotos de diseño muy personal; por si no fuera suficiente, unas llantas de 17 pulgadas con un diseño también muy personal terminan de “vestir” a un coche que presenta un coeficiente aerodinámico de solo 0,27. Sin embargo, a pesar de su carácter deportivo, no descuida su aspecto práctico y su maletero ofrece una capacidad de 243 litros. Dos puertas de generoso tamaño permiten acceder al interior.
Evidentemente, el BRZ es un 2+2 que no admite pasajeros adultos o de elevada estatura en las plazas traseras si se quiere viajar con cierta comodidad, pero que sí están pensadas para los niños con sus anclajes Isofix. Las plazas delanteras están configuradas por dos asientos de estilo muy deportivo que además de cómodos, sujetan bien el cuerpo. La posición de conducción resulta cómoda incluso para quien no es excesivamente alto. El estilo deportivo impera en el diseño interior pero con esa sobriedad que caracteriza a Subaru.
Pedales en aluminio, volante grueso y de tres brazos, un cuadro de instrumentos con velocímetro, cuentarrevoluciones, temperatura del agua y nivel de carburante, en tanto que en la zona central del salpicadero se ha colocado la pantalla del navegador y en la consola central figuran los mandos del sistema de climatización, el botón de arranque y una toma de USB. Por delante de la palanca del cambio está el dispositivo con los mandos para que el conductor elija si quiere ir con los controles de tracción y estabilidad conectados, con poca tracción, adoptar una conducción deportiva con el VSC conectado o totalmente desconectado de ambos controles.
El motor es el conocido 4 cilindros boxer atmosférico de Subaru que rinde 200 CV a 7.000 revoluciones.
Va colocado en una posición delantera longitudinal muy baja y retrasada garantizando un centro de gravedad a tan solo 46 centímetros del suelo.
Esto, unido a un reparto de pesos muy equilibrado, una propulsión trasera y un peso muy contenido le permiten ofrecer al conductor la posibilidad de disfrutar de unas sensaciones poco habituales al volante de un coche.
El motor va asociado a una caja de cambios manual o automática de seis velocidades por convertidor de par de uso secuencial con el accionamiento bien por levas o a través de la corta palanca del cambio y por lo que respecta a las suspensiones, están muy bien equilibradas pero disponen de un reglaje de muelles y amortiguadores muy firme de modo que “copian” todas las irregularidades del terreno, aunque eso sí, permiten exprimir la potencia del motor sin contratiempos de estabilidad.
En la toma de contacto que en esta ocasión fue de más de 600 kilómetros por todo tipo de carreteras, hubo la posibilidad de comprobar tanto la bondad del bastidor como el buen trabajo de las suspensiones. El motor empuja bien y de manera progresiva desde pocas revoluciones pero su mejor rendimiento empieza a darlo a partir de las 3.000 vueltas ya que le gusta moverse en regímenes próximos a la zona roja situada en las 7.000 revoluciones. La dirección tiene un tacto muy preciso y es bastante rápida, mientras que los frenos están en la línea de lo que se precisa para garantizar una buena actuación en todo momento y con una elevada resistencia a la fatiga. Es un coche de corte netamente deportivo pero también se le puede conducir como un turismo tranquilo; lo único que en cualquier circunstancia se acusa es que el confort no es lo que más prima, tanto por las suspensiones como por el trabajo de insonorización.
El BRZ llegará con dos niveles de acabado. En el “básico” son de serie airbags frontales, laterales, de cabeza y rodillas, elevalunas y retrovisores eléctricos, cierre centralizado, aire acondicionado, control de tracción y estabilidad, equipo audio con MP3, llantas de aleación, y ordenador de viaje. El acabado Premium le añade, acceso y arranque sin llave, climatizador, diferencial trasero, control de crucero y pedales de aluminio. El precio de venta parte de 29.900 euros.