CITROËN amplía su extensa oferta de berlinas y monovolúmenes con su primer todo camino. Y qué mejor manera de acceder a este segmento (en crecimiento año tras año) que asociado con el experto japonés Mitsubishi, quien ha llegado a un acuerdo con PSA para fabricar conjuntamente en Japón un SUV para las tres marcas (Outlander, 4007 y C-Crosser), partiendo de una misma plataforma de 4,64 m de longitud, con suspensiones independientes en ambos ejes y chasis monocasco, aunque con personalidades propias, que incluyen un motor diesel 2.2 HDI de origen PSA para el grupo francés, que puede ser determinante.
Exteriormente el C-Crosser adopta el aire de familia Citroën, con una parrilla totalmente redefinida donde destaca el impresionante doble «chevron» cromado, abierto y continuado a lo largo del frontal, a modo de abertura de refrigeración, con un diseño elegante y sofisticado. Mientras, la zaga resulta algo más conservadora que sus hermanos, y aunque mantiene los pilotos (de diseño propio) divididos por el portón, este último añade un listón cromado a modo de perfil.

Pero además, el grupo francés se desmarca astutamente de Mitsubishi potenciando más el uso por carretera que fuera de ella.
Para ello ha dotado al C-Crosser de un carácter algo diferente endureciendo ligeramente las suspensiones, reforzando los frenos con pinzas de doble pistón en los delanteros, y con una dirección algo más directa (con una bomba de mayor caudal), buscando una mayor eficacia en asfalto.
La generosa batalla de 2,67 m le permite un amplio interior con 7 plazas en configuración 2+3+2, pudiendo la fila central abatirse automática o manualmente 2/3-1/3, además de desplazarse longitudinalmente.
Las dos plazas traseras, con un mismo respaldo, que salen del suelo del maletero (aunque con banquetas independientes), son más aptas para niños por lo reducido del espacio para piernas, si bien se puede desplazar la segunda fila para ganar espacio. La capacidad del maletero es de 510 litros, que se reducen a 184 litros si desplegamos los dos asientos traseros, aunque pueden llegar hasta casi los 1.700 litros si abatimos la segunda y tercera fila. Como detalle, el portón del maletero se abre en dos partes, prolongando la inferior el plano de carga y que puede soportar hasta 200 kg.

Para el motor, Citroën recurre a una variante de su 2.2 HDI cuatro cilindros con turbo de geometría variable, que anuncia 160 CV y un par máximo de 38,8 mkg a 2.000 rpm. Cifras que permiten al C-Crosser alcanzar los 200 km/h y obtener un consumo contenido de 7,2 litros en ciclo mixto, a pesar de sus 1.747 kg. El motor está asociado a una precisa caja manual de 6 relaciones (no hay caja automática disponible), lleva filtro de partículas sin mantenimiento hasta los 180.000 km, y está preparado para utilizar biodiesel.
El resultado no ha podido ser mejor, y el C-Crosser puede equipararse dinámicamente a un turismo, por confort y nivel sonoro. El motor empuja con fuerza desde 1.500 rpm hasta las 4.500 y en asfalto permite moverle con soltura y con balanceos contenidos de la carrocería, asegurando un comportamiento bastante ágil. Mientras que las travesías por campo y pistas se solventan gracias a su eficaz y fable transmisión 4×4, que cuenta con un embrague electrónico multidisco en el tren trasero que reparte el par necesario entre los dos ejes en función de la adherencia, dando más predomio al eje delantero en modo 4WD, y llegando a enviar hasta el 55% del par al eje trasero (modo Lock) en condiciones de mínima adherencia. También dispone de una posición 2WD que limita la tracción sólo al eje delantero.
Citroën ofrece dos versiones: VTR (34.500 euros) y Exclusive (38.400 euros), montando la primera llantas de 16 pulgadas (215/70 R16), más adecuadas si se pretende un uso por campo, además de incluir de serie ESP, climatizador automático, y radio CD con lector MP3 y mandos en el volante. El equipamiento alto de gama recurre a unas estéticas llantas de 18 pulgadas (225/55 R18) más enfocadas para el asfalto, aunque el consumo mixto aumenta ligeramente (0,1 litros), y añade tapicería de cuero, asiento del conductor con reglaje eléctrico, sensores de aparcamiento, cargador de CD´s y lunas tintadas entre otras cosas. El próximo año hará su aparición una variante gasolina que podrá montar opcionalmente una caja automática.