La marca alemana de GM no se ha recuperado del grave deterioro de imagen de su fallida venta con freno y marcha atrás a Magna, y sigue acumulando pérdidas (casi 1.300 millones de euros en 2011), sin haber conocido los números negros en lo que va de siglo. Los planes de GM pasan ahora por internacionalizarla (con la mira puesta en Rusia y China) para que dependa menos del mercado europeo, a la vez que las plantas europeas podrían fabricar también modelos de la marca hermana Chevrolet (que vendió 4,7 millones de coches en 2012). Las perspectivas de rentabilidad se retrasan hasta 2016, y no parece fácil que se consigan, tras una inversión prevista de 11.000 millones de euros para lanzar 13 nuevos modelos en los próximos 5 años, incluido el nuevo SUV compacto Moka que se presenta en Ginebra. Opel ya ha cerrado en los últimos años la planta lusa de Azambuja y la belga de Amberes, peligran las de Lutón y Bochum, y ahora, en tres años, perderá el contrato con Fiat para fabricar motores diesel.