Lo necesitan los diésel modernos para poder circular
La noticia está en la calle desde hace semanas, y ha generado una inquietud general entre los usuarios de vehículos diésel modernos, en especial los transportistas y repartidores: la producción del aditivo líquido a base de urea, el “AdBlue” por su nombre comercial, escasea.
Este aditivo de uso obligatorio en los motores dotados con catalizadores de reducción selectiva (SCR) bajo la norma Euro 6, para disminuir (suprimir prácticamente) los óxidos de nitrógeno, ha caído drásticamente y hay riesgo de escasez de suministro, lo que podría paralizar gran parte de la flota de vehículos que utilizan este aditivo (también llamado “Blue” y “Ecoblue” según las distintas marcas distribuidoras). Sin AdBlue el motor, una vez parado, no volverá a arrancar.
Esta carestía pretende explicarse por el aumento del precio del gas natural y de la electricidad, pero no deja de ocultar la intención manifiesta de elevar su precio, demasiado barato según los fabricantes (al fin y al cabo no es más que un tercio de urea -32,5%-, como la de la orina, por dos tercios de agua).
Hasta hace poco un envase de 5 litros se compraba por menos de 8 euros, y los de 15 para camiones por menos de 20. Ahora se ha casi duplicado (5 litros cuestan ahora 12 €, y 17 € los 10 litros) y puede triplicarse a final de año, dado el acaparamiento entre los usuarios profesionales, temerosos de que no puedan circular (muchos de estos diésel modernos no funcionan si no cuentan con “adblue” por razones ecológicas, aunque es perfectamente prescindible para el uso del motor).
Resulta muy sospechoso que los tres principales fabricantes europeos de “adblue” (la eslovaca Duslo, la noruega Yara o la alemana SKW) a las que se ha unido la española Fertiberia (el “adblue” lo producen muchas empresas de fertilizantes, de las que la urea es un subproducto) hayan parado varias de sus plantas europeas a la vez, con el pretexto del alto coste del gas natural. Sobre todo cuando ya han repercutido su precio en el aditivo (que en lo que va de año ha subido un 500% su precio).
El problema es menos grave en los turismos diésel con SCR (aunque depende de la capacidad de su depósito) que no suelen necesitar añadir “adblue” más de una o dos veces al año (un depósito suele dar para unos 10.000-15.000 km, aunque depende de los motores), pero puede ser muy preocupante para los transportistas (un camión puede consumir varios litros de “adblue” por cada 100 de gasoil, lo que supone reponerlo cada uno o dos viajes largos, por eso el transporte por carretera es el principal consumidor de este aditivo). Y en un momento en que el sector del transporte sufre un elevado aumento de costes (que ya se nota en los precios de todos los productos de consumo) por el alza del precio del gasoil, esta escasez puede resultar dramática, paralizando gran parte de sus servicios.