La nueva legislación de la UE que entrará en vigor a partir del 1 de noviembre de 2012, va a ayudarles a distinguir sus prestaciones a través de una etiqueta estandarizada muy similar a la que incorporaron hace unos años los electrodomésticos grandes (lavadoras y frigoríficos). Esta etiqueta facilitará a los consumidores, en su punto de venta, información sobre tres características esenciales de un neumático: una escala sobre la resistencia a la rodadura (mostrando el impacto sobre el consumo de combustible y sobre el medio ambiente); el agarre sobre mojado (para mostrar las prestaciones de seguridad del neumático así como la distancia de frenado en carreteras mojadas); y el ruido de rodadura exterior (también factor de su impacto medioambiental). Todos los neumáticos para turismos, furgonetas y camiones que se fabriquen a partir del 1 de julio 2012 deberán venderse con esa información, debiendo llevar literalmente esa etiqueta adhesiva.
Los tres criterios de prueba sobre la etiqueta del neumático son, en realidad, solo una parte de muchos más criterios de funcionamiento que las marcas de primer nivel evalúan en su amplio programa de pruebas para cada producto nuevo. Por lo tanto, la esperada etiqueta del neumático no añade ningún criterio nuevo de pruebas, pero requiere una certificación y graduación adicional con métodos de ensayo específicos acordados por la UE, para ayudar a orientar a los consumidores hacia neumáticos más seguros y respetuosos con el medio ambiente, gracias a la información objetiva y comparable del rendimiento del neumático que facilita la etiqueta, orientando al comprador hacia unos neumáticos más seguros y de mayor rendimiento en combustible, lo que puede llegar a equivaler, según Goodyear-Dunlop, a un ahorro de hasta 300 euros durante la vida del neumático.
Efectivamente, los tres parámetros que se recogen en la etiqueta europea del neumático son un buen punto de partida y se consideran muy importantes por razones ecológicas y de seguridad, con el objetivo de aumentar la eficiencia energética en un 20% así como reducir las emisiones de CO2 en un 20% para 2020. Sin embargo, hay otros criterios importantes que no se han tenido en cuenta a la hora de juzgar las prestaciones de un neumático, entre los que podemos considerar por ejemplo el nivel de resistencia al aquaplaning, y la distancia de frenado sobre superficies secas, criterios de seguridad también importantes que podrían incorporarse en una segunda etapa.
Las categorías de neumáticos que se verán afectadas por el nuevo reglamento son C1 (turismo), C2 (vehículos comerciales ligeros) y C3 (vehículos pesados), quedando las siguientes categorías excluidas del marco del etiquetado del neumático: los recauchutados, profesionales todoterreno, competición, con clavos, de recambio de uso provisional, los diseñados para montarse en vehículos matriculados por primera vez antes del 1 de octubre de 1990, aquellos cuya categoría de velocidad sea inferior a 80 km/h, aquellos cuya llanta tenga un diámetro nominal igual o inferior a 254 mm o igual o superior a 635 mm y los de motocicleta.