Raúl del Hoyo, uno de los periodistas del motor más longevos en activo, nos dejaba el pasado sábado 6 de marzo aquejado de una larga enfermedad.
Nacido en Burgos el 30 de agosto de 1940, comenzó su andadura profesional en la editorial Luike Motorpress en 1963, cubriendo su labor informativa especializada al teclado a una Olivetti para la revista Autopista. Casi una década después cambió de grupo editorial al reclamarle Julián Yébenes para AutoRevista, de la que fue su primer director durante una larga y exitosa etapa recompensada al ingresar como parte del jurado del Coche del Año de Europa. Posteriormente, emprendió la aventura de una revista sectorial para LeasePlan, uno de los grandes operadores de renting, que editó para España, Portugal e Italia. Y en su último periplo editorial hace 10 años, lanzó la revista AutoRenting, como buen conocedor de ese sector del mercado.
Uno de sus más estrechos colaboradores y amigo, José Luis Páder, Asesor Editorial en AutoRenting, recuerda la generosidad profesional de su persona, al llegar a ceder su puesto como jurado en el Coche del Año de Europa a un compañero de profesión que entonces arrancaba como jefe de sección en un emergente diario nacional. «Era tan parco en su discurso como fanático viendo los partidos de su Atlético de Madrid. Ha sido víctima de eso que llamamos “larga enfermedad”, aunque en este caso, su severidad hizo que el padecimiento fuera breve en el tiempo».
Juan Manuel García, periodista y compañero del que fue su segundo jefe en el mundo del periodismo del motor le recuerda con admiración como «un gran director de orquesta. Recto, riguroso e implacable pero generoso, amable y respetuoso con todo el mundo«. «Trabajador incansable, gran periodista y con una vitalidad imperiosa, Raúl fue siempre un ejemplo a seguir en el mundo del periodismo y, cómo no, en el personal».
Ramiro Mansanet, Director Newspress/Boosters PR y Events, le recuerda como «un periodista del motor de los de siempre, uno de los grandes de esta profesión. Un casta, genio y figura, un maestro de los de antes, valiente, luchador, crítico y muy alegre y divertido. De gesto duro y rasgos muy marcados, le era fácil anticipar desaprobación o duda, tanto como una inmensa felicidad y millones de risas que con el tiempo acentuaron sus arrugas«.
Fernando Álvarez Marqués, colaborador de La Razón, recuerda a Raúl del Hoyo como «un buen periodista y una buena persona, que nos ha dejado con la misma discreción que vivió sus pasiones. Raúl nos ha dejado y ha creado un vacío entre los que disfrutamos de su amistad y de un magisterio periodístico que calladamente impartía, sin estridencias, entre los que le observábamos y aprendíamos de su forma de hacer».
Sus compañeros y amigos le echaremos de menos. Descanse en paz.