Pepe Valenciano
Last Lap, empresa especialista en organización de eventos deportivos, y organizadora del evento, trajo a Madrid por primera vez un festival del motor con sabor añejo, una vuelta al pasado de los añorados años 60, 70 y 80. El reto era mayúsculo y la competición MINI Challenge, el reclamo perfecto.
Alrededor de ello, se montaron varias competiciones y exhibiciones de muy diversa índole. Así, las motos que hicieron Campeón del Mundo a Angel Nieto en 13 ocasiones (o 12+1, como gusta decir él) hacían su aparición con la actuación estelar del campeón español y de una leyenda viva, Giacomo Agostini, ganador de 15 entorchados mundiales.
Junto a ellos, otros nombres históricos: Lavado, Read, y “Champi” Herreros. Fueron los protagonistas y ellos y sus motos fueron fotografiados por los aficionados que se arremolinaban a su alrededor. El paddock era de libre acceso a los aficionados, que vibraron con la Parada de Campeones.
Junto a las motos clásicas, el gran atractivo fue sin duda los Fórmula Uno clásicos con los que pilotos de leyenda como Niki Lauda o Emerson Fittipaldi, corrieron con ellos en este mismo Circuito. Sí, así es, el Circuito Permanente del Jarama, inaugurado en 1967, fue el único circuito de carreras en España durante 20 años. Fue escenario de Grandes Premios de Fórmula Uno, y por su asfalto han corrido monoplazas con nombres como Jim Clark, Graham Hill, Gilles Villeneuve, Nelson Piquet, etc. Además de F1, aquí se han celebrado carreras de Fórmula 2, Fórmula 3000, Le Mans Series, Sport Prototipos, etc.
El Circuito del Jarama cuenta con una longitud de 3.850 metros, 10 rectas, 8 curvas a derechas y 5 a izquierdas; la pista tiene una anchura máxima de 14 metros y una mínima de 12 metros. Tiene capacidad para 38 boxes. Y está situado a 28 kilómetros de Madrid, a una altura máxima de 635 metros en la variante Ascari y altura mínima de 608 metros en su recta principal, que mide 879 metros. Pero este circuito ha quedado obsoleto en sus instalaciones y mantenimiento, y aunque el RACE (Real Automóvil Club de España), propietario del Circuito, lo llena durante todo el año, es evidente que no puede acoger hoy en día una prueba del Mundial de Fórmula Uno. Madrid necesita un circuito acorde a los tiempos que vivimos, y debe luchar por tener un circuito a la altura del de Valencia o Montmeló en Barcelona. Madrid y los madrileños nos merecemos que vuelva la Fórmula Uno.
El Festival Jarama Vintage ofreció a los asistentes multitud de oportunidades de revivir el pasado, con música de aquellos años ye-ye, máquinas de juego como las que se veían en los billares de antaño; las motos vespa de nuestros padres; el Taxi de época hacía su aparición; lo mismo el Citröen dos caballos con ‘Sor Citroen’ al volante; los ciclistas de la época de Kelme, Teka, Kas y Hueso nos recordaban las victorias heroicas de Bahamontes, Luis Ocaña, y tantos otros.
El Seat Seiscientos nos recordaba cuál fue el primer vehículo utilitario que se masificó en España. ¿Quién de nosotros no tuvo uno?. Un guardia urbano madrileño vestido de época dirigía a los transeúntes, y nos recordaba cómo se dirigía el tráfico por Cibeles. No faltaba el churrero, ni Tip y Coll, mientras que aparecían en escena los payasos más famosos que hicieron las delicias de tantas generaciones: Gabi, Fofó, Miliki y Fofito. Y no podían faltar los viejos y añorados vehículos de la Benemérita, con Guardias Civiles vestidos con los uniformes de aquellos años inolvidables.
La parte moderna la puso la competición MINI Challenge, campeonato monomarca que tuvo victorioso al equipo Autosa Tormes Competición.
Un gran acierto, sin duda, aprovechar una competición oficial como la MINI Challenge, para montar este espectáculo, mejorable en muchos sentidos, pero que brilló en líneas generales por los cuatro costados. Es de esperar que se repita en años venideros. Porque ya se sabe, los viejos rockeros nunca mueren.