115 años de prestigio y distinción
Fundada en Barcelona en 1904 por tres audaces emprendedores, la complicada historia de Hispano Suiza es en buena parte fruto de su temprano éxito, llegando a crear los mejores automóviles del mundo.
Los catalanes Francisco Seix Zaya y Damián Mateu Bisa junto con el ingeniero suizo Marc Birkigt, se dieron a conocer por sus coches de lujo capaces de rivalizar con los Bugatti, Daimler y Rolls-Royce, teniendo al rey Alfonso XIII entre sus principales clientes y propagandistas. Damián Mateu y el monarca mantuvieron una estrecha amistad desde que en 1911 el rey patrocinara la Copa de Cataluña, y uno de los modelos más famosos de Hispano Suiza, el T45 de 45 CV, fue precisamente bautizado como “Alfonso XIII” en su honor, del que además, el rey fue usuario entusiasta y del que se produjeron 500 unidades, un muy elevado número para la época y para un coche de lujo.
Mecánica e ingeniería fueron obra del genial suizo, quien además de por sus coches se hizo famoso por sus motores de aviación, pero Mateu fue el hombre de empresa que logró hacer de Hispano Suiza un símbolo de excelencia, y tras su muerte en 1936, justo antes del estallido de la guerra civil, fue uno de sus seis hijos, Miguel Mateu y Pla, quien le sucedió al frente de los negocios familiares, Hispano Suiza incluida.

La apasionante historia de Hispano Suiza: Primera Guerra Mundial, punto de inflexión
En 1911 se abre una filial en Francia con fábrica incluida donde operan con éxito al tratarse de una industria más madura (e industria auxiliar más desarrollada) y tener acceso a mejores materias primas. En 1914 se inaugura una nueva fábrica en París, pero como consecuencia del conflicto bélico generado por la gran guerra europea de 1914-1918, se dedica fundamentalmente a fabricar motores de aviación para las incipientes fuerzas aéreas del ejército galo, además de montar también algunos automóviles de lujo en el país vecino.
Esta división fue pronto la más importante de Hispano Suiza, y se segregó pronto de ella (sin perder su nombre) al ser nacionalizada por el gobierno francés en 1920 por su carácter estratégico, pasando a ser la Société Française Hispano Suiza, S.A., que mantuvo su actividad durante los años 20 y 30 del pasado siglo hasta ser absorbida después de la Segunda Guerra Mundial por SNECMA, (Societé Nationale d’Étude et Constructions des Moteurs d’Avion), quien a su vez fue absorbida en 1968 por el grupo francés SAFRAN (desde 2005 el principal grupo aeroespacial galo, tras Airbus).
Ni que decir tiene que esta filial sería con el correr del tiempo el mayor obstáculo para la Hispano Suiza original de Barcelona, ya que acabó pretendiendo absorber su herencia, máxime cuando la Hispano Suiza española cesó su actividad como constructor de coches tras la guerra civil (el régimen franquista aprovechó parte de sus activos para crear Enasa y Pegaso), pero subsistió como empresa, dado lo goloso de su nombre y reputación, que llevó a varios intentos de relanzamiento, ya en el siglo XXI.

La apasionante historia de Hispano Suiza: la rivalidad por la marca
Entre 1904 y 1946 se produjeron más de 12.000 coches de lujo y 50.000 motores de aviación. A partir de entonces, la ausencia de presencia industrial (sus últimos modelos se produjeron en 1946) orientaron las actividades de Miguel Mateu y Pla a otras actividades industriales y financieras. Su hija Carmen Mateu Quintana contrajo matrimonio en 1957 con Arturo Suqué Puig, con diversos negocios familiares que posteriormente serían integrados dentro del Grupo Peralada, dentro del que figura la propia Hispano Suiza, que se refunda a partir de 1986 como La Hispano Suiza Fábrica de Automóviles, con Carmen Mateu como presidenta, controlado por la familia Suqué Mateu.
Aunque doña Carmen nunca estuvo demasiado vinculada al mundo del automóvil (lo suyo era el de la música, y lo demostró como impulsora del Festival Internacional del Castillo de Peralada y como miembro del Círculo de Oro del Liceo, sí es cierto que siempre soñó con rescatar la marca Hispano Suiza como símbolo de la familia, un símbolo que desde hoy cuenta con un coche con un nombre tan musical como el suyo (al fin y al cabo, Carmen significa “canto” en latín).
Esta última Hispano Suiza ya dentro del grupo Peralada está hoy presidida por Miguel Suqué Mateu, el hijo menor de Arturo Suqué y de Carmen Mateu (que falleció en enero de 2018, y cuyo nombre, toma el último modelo de la marca Hispano Suiza Carmen como homenaje póstumo) y bisnieto de Damián Mateu, necesita dar signos de actividad para que no suceda lo que ya pasó en 2012, cuando perdieron el uso de la marca por falta de actividad, tras una demanda judicial de sus ex socios, Mazel Ingenieros y Delmar 04, que solicitaron el registro de la marca (tras una colaboración previa, y luego tras su ruptura al no llegar a un acuerdo final, y tras haber creado una serie de prototipos, los K8, HS21, X10V… mostrados en Ginebra como Hispano Suiza).

En 2012, y tras un primer fallo favorable, el recurso al Tribunal Supremo dio la razón a los litigantes. Pero ni Mazel ni Delmar 04 han dado continuidad a sus prototipos, y al haber transcurrido los preceptivos 5 años sin actividad, la nueva Hispano Suiza Cars, junto a su socio tecnológico QEV Technologies, recupera el testigo de la marca de la cigüeña, que vuelve a levantar el vuelo esta vez como superdeportivo eléctrico representante del «hiperlujo«.
La apasionante historia de Hispano Suiza: un proyecto sentimental
Para Miguel Suqué, el nuevo Hispano Suiza Carmen es un proyecto más sentimental que comercial (“Queremos hacer realidad un sueño que tuvimos hace muchos años, volver a ver circular un Hispano Suiza por las carreteras de todo el planeta”) partiendo de una inversión limitada (10 millones de euros) con la idea no tanto de ganar dinero como de no perderlo… y mantener la marca. Algo perfectamente posible para una empresa del potente Grupo Peralada.
Suqué Mateu no duda en buscar precedentes para esta resurrección eléctrica, remontándose a que en sus orígenes Hispano Suiza ya construyó un prototipo eléctrico –que no llegó a la producción comercial- para justificar que en 2019 y 115 años después, surja este primer Hispano Suiza “100% eléctrico, de altas prestaciones y fabricado en Barcelona, cumpliendo también el sueño de mi bisabuelo”.
En cualquier caso, 19 unidades del Hispano Suiza Carmen pueden servir de principio para este renacimiento de la marca que luce la cigüeña, emblema del “As” de la aviación gala de la 1ª Guerra Mundial, Georges Guynemer, caído en combate aéreo en el frente de Flandes hace poco más de un siglo (en septiembre de 1917) con su biplano Spad XIII con motor… Hispano Suiza, faltaría más. Tras la primera guerra mundial se añade la cigüeña al logotipo de la marca, en honor al destacado piloto, siendo el H6 de 1919 el primero en incluir tan elegante distintivo.