Reparar un coche diésel, más caro que un gasolina

12 agosto, 2018
MARIANO NIETO

La plataforma para calcular el presupuesto de una reparación y reservar cita online en talleres de toda España, Autingo, compara el gasto que supone reparar un coche diésel frente a uno de gasolina, analizando algunas de las intervenciones más frecuentes y concluye en que más del 55% de éstas son más caras en los vehículos diésel.

Hasta no hace bien poco, los coches diésel eran considerados como los más aconsejables por su bajo consumo de combustible y menor coste del carburante, pero la situación ha dado un vuelco en los últimos meses con el anuncio por parte del Gobierno de su intención de subir los impuestos al gasóleo en enero de 2019 (podría llegar a 3 céntimos) que lo equipare a la larga al de la gasolina y que encarecerá el repostaje (hasta 15 céntimos el litro de manera gradual), y también por las medidas que se están llevando a cabo en las grandes ciudades para limitar su circulación y poder reducir los niveles de contaminación de NOx y partículas. Esto ha provocado que las ventas de vehículos diésel estén cayendo hasta un 17% en toda Europa, y cada vez sean más los que optan por pasarse a la gasolina, lo que también está provocando como contrapartida un aumento de las emisiones de CO2..

Ahora, la plataforma Autingo muestra un estudio relacionado con el mantenimiento de este tipo de vehículos en el que confirma que hay intervenciones que pueden llegar a ser hasta 280 euros más caras en un diésel que en un vehículo de gasolina. Esta conclusión es el resultado de analizar cuánto cuesta llevar un diésel al taller y si definitivamente conviene más dar el salto a la gasolina ahora que el gasóleo tiene un futuro con más obstáculos en su camino. Para ello, Autingo ha analizado algunas intervenciones frecuentes de tres modelos como el Citröen C4 II, Honda CR-V III y el Renault Scénic II.


Entre las operaciones analizadas por Autingo se encuentran los habituales mantenimientos oficiales que recomiendan los propios fabricantes. En este caso, para la intervención de mantenimiento de los 60.000 km, que incluye entre otras cosas el cambio de correa, tensor y polea, el presupuesto calculado para un Citroën C4 II en su versión diésel sería de 624 euros, mientras que en el de gasolina sería de 344 euros, es decir, casi 300 euros de diferencia. En el Honda CR-V, el conductor que ha elegido la opción diésel tendrá que pagar 99 euros más. Sin embargo, sucede lo contrario en el Renault Scénic de gasolina en el que esta operación resulta ser 38 euros más cara, alcanzando los 706 euros frente a los 668 euros del mismo modelo en diésel. Otra diferencia importante de precio la encontramos en el mantenimiento de los 100.000 km, en concreto en el Citröen C4 siendo hasta 162 euros más cara en la versión diésel que en la de gasolina.

El mantenimiento de un coche diésel suele ser más elevado porque tiene un motor algo más complejo, con más elementos. Y, por ello, en la mayoría de los casos la intervención es más costosa que un coche a gasolina”, señala Diego Renedo, COO de la plataforma.

Esos saltos de precio también se producen en otras reparaciones comunes como por ejemplo la sustitución del kit de embrague, una de las intervenciones más caras de los coches, que si fuera necesario hacérsela a un Renault Scénic diésel costaría 838 euros frente a los 673 euros del mismo modelo en su versión de gasolina. La situación se repite con el cambio de la bomba de agua en el que el propietario de este mismo vehículo en diésel tendría que pagar 350 euros, es decir, 23 euros más que el dueño de uno de gasolina que desembolsaría 327 euros por esa reparación.

Como conclusión, más allá de las cuestiones ambientales, a la hora de comprar un coche nuevo conviene tener en cuenta cuánto costará su mantenimiento durante su vida útil. Como se ha podido comprobar mantener un coche de gasolina a la larga es más económico, si bien, no podemos dejar de poner en la ecuación el número de kilómetros recorridos y los litros ahorrados (unos 2 litros menos cada 100 km de media) que nos darán una idea aproximada de qué vehículo nos interesa más comprar, sin descartar a los vehículos más ecológicos híbridos o eléctricos en plena fase de crecimiento, tanto de ventas como de su oferta comercial.