Basado en la nueva plataforma mundial para el segmento C (“global” como se empeñan en llamarla en Ford) en la que se basa el nuevo Focus y los últimos C-MAX/Grand C-MAX, el Vertrek (un nombre germánico, que en neerlandés equivale a “salida” y “escapada”) se basa en el “kinetic design” del Kuga, más atractivo que el del Escape norteamericano y más aerodinámico.
Este último punto es importante en estos coches, proclives a un consumo alto por su tracción, altura y grandes ruedas. Por ello Ford se ha impuesto rebajarlo como mínimo el 5% respecto al Escape y el Kuga, y por ello, aparte del “stop & start” de serie hay que trabajar en otros apartados, en especial el peso y la aerodinámica.
Estéticamente, el Vertrek recuerda al Kuga pero con un parabrisas más bajo y mucho más inclinado, lo que unido a su alta cintura deja muy poca superficie lateral de vidrio, lo que se pretende compensar con la inexistencia de montantes centrales y puertas sin marco (el techo reposa sólo sobre los pilares A y C). El frontal refleja esta misma cintura con una mínima parrilla superior y faros muy rasgados y apaisados, frente a una zona inferior del paragolpes exageradamente alta, con tres grandes tomas de aire.
Un diseño acertado, que seguramente se suavizará en el modelo final definitivo, pero que resulta bastante proporcionado, con voladizos cortos (la batalla es de nada menos que 2,79 m, muy larga para un coche de 4,53 m de largo: en realidad es la plataforma del Grand CMAX, con su misma batalla y 1 cm más de longitud). Un formato algo mayor que el del actual Kuga (4,44 m de largo) pero dentro de lo normal para un SUV compacto (en Europa, porque en EE.UU. sería un “mini SUV”) destinado a reemplazar tanto al Kuga como al Escape, aunque con lógicas diferencias externas para cada uno.
Como buen “concept”, el Ford Vertrek mostrado en Detroit presentaba un interior muy futurista, con asientos bicolores de diseño espacial, un salpicadero con un cuadro mixto analógico-digital, etc. Más curioso es su techo, con una zona central transparente longitudinal que aumenta la luminosidad interior sin dejar que la luz del sol incida directamente sobre las cabezas de los ocupantes. Un detalle que es más fácil que veamos en el modelo de calle que las alambicadas puertas sin marco, una solución siempre cara y frágil para un SUV, o las superfluas y exageradas llantas de 21”.
Las mecánicas serán turbo de gasolina de media y baja cilindrada (1.6 y 2.0, ésta última nada baja para Europa, aunque sí para EE.UU.) con inyección directa, algo que cuenta especialmente para el mercado americano, puesto que en el europeo lo que cuenta es el diesel (el 96% de todos los Kugas vendidos en el viejo continente llevan motor de gasóleo). De ahí que aparte de los Eco Boost 1.6 y 2.0 (con potencias de 150 a 200 CV: el “concept” visto en Detroit llevaba un 1.6 de nada menos que 180 CV), también veremos en el próximo Kuga los Duratorq TDCI 1.6 y 2.0 con potencias de 140, 163 y 200 CV en este último.
En cuanto a las soluciones anticontaminación, además del “stop & start”, el sucesor del Kuga también contará con la recarga inteligente del alternador (Smart Regenerative Charging) para reducir fricciones y asegurar sólo la producción eléctrica del mismo cuando se necesite, y por supuesto neumáticos de baja resistencia al avance. El cambio manual será de 6 velocidades (todos los Ford lo tendrán de serie para 2013) para mejorar el consumo y las emisiones, que se calculan un 7% menores en los diesel TDCI y hasta un 20% en los Eco Boost de gasolina, que para entonces contarán también con distribución variable. Y la opción automática (al menos para Europa) pasa por el cambio robotizado de doble embrague PowerShift, mucho más eficiente que el convencional por convertidor hidráulico de par.
Para el modelo definitivo se espera que Ford, como la mayoría de sus competidores, ofrecerá tracción total y sencilla (4×4 y 4×2), siguiendo la pauta dominante en la actualidad, pero además también se espera una versión más “todo terreno”, con bloqueo de diferencial y hasta reductora para aquella clientela que desea mayores posibilidades “off road”. Pero aún es pronto para anticiparlo: de momento, el Vertrek es sólo un “concept” y su comercialización final podría llegar antes de 2013, partiendo de un precio estimado de unos 26.500 euros en versión 4×2.