Veo que los fabricantes van sacando nuevos colores para salirse del sota, caballo y rey de los actuales (blanco, gris metalizado, rojo, etc) y compruebo que aparte de las diversas gamas metalizadas, vienen también colores mate (en blanco, negro, gris oscuro…) que rompen con el tradicional aspecto brillante de las carrocerías. Me está tentando probar alguno (el negro mate del Fiat 500, por ejemplo) a la hora de reemplazar mi Opel Corsa, pero en el taller me han dicho que no todo son ventajas, ya que son difíciles de igualar en las reparaciones de chapa. ¿Es verdad esto? ¿No son más complicadas las pinturas metalizadas, como siempre se ha dicho?
Marta Castells (Correo electrónico)
Respuesta.– Pues no le han informado mal del todo. Ciertamente, las pinturas mate podrían parecer más fáciles de igualar que las brillantes ó metalizadas, pero no es así porque en realidad no son totalmente mates sino más bien satinadas. Por eso (y por su coste) no todas las marcas se atreven con ellas… Mercedes tiene una línea de colores especiales (Designo Magno Platinum) reservada a unos pocos tonos (gris, negro, gris plata, rojo oscuro) que de momento sólo se ofrece en los modelos más exclusivos (el coupé CL, el Clase S 600, el nuevo CLS…) con un importante sobrecoste. Otras marcas generalistas los empiezan a ofrecer, aunque de momento casi todos son muy oscuros… o negros (el negro Asfalto del Peugeot RCZ, el Black Jack del Fiat 500, el Hard Black del Lancia Delta, el Perla Nera del Citroën C5 SW, etc). La realidad es que estas pinturas satinadas de efecto mate son más delicadas que las tradicionales en brillo, ya que su lacado incorpora un pigmento especial para proporcionar este efecto mate, pigmento repartido a través micropartículas que son muy sensibles a la abrasión, con lo que con el tiempo no sólo se vuelven más mates sino que se altera también su tonalidad.
En muchos modelos con este tipo de pintura se exige para su garantía que no se laven nunca en túneles de lavado automático, que se evite el agua caliente a alta presión y que no sean tratadas con ceras ó pulimentos (que se “comen” su acabado mate provocando manchas). Incluso se evitan los retoques de cadena de montaje: si hay una marca ó un rayazo, se pinta el elemento de nuevo. Todo esto significa más coste de mantenimiento, y si en fábrica resultan dos veces más caras de aplicar, en las reparaciones ese coste puede triplicarse ó cuadriplicarse.
Además, según el color, son más sensibles a las manchas de gasolina y disolventes, cuya evaporación sobre las superficies pintadas puede alterar su aspecto. Lo dicho, son más originales, pero también más delicadas. La única pintura mate sin problemas son las mate de verdad: el ocre camuflaje de los vehículos militares.